domingo, 1 de febrero de 2009

EL CINE ANARQUISTA DE 1936-1937

EL CINE ANARQUISTA DE 1936-1937

El cine producido por la CNT entre 1936 y 1937, al igual que todo el cine político de la época, es un ejemplo más de cómo el séptimo arte puede ser utilizado como propaganda para generar una serie de valores e ideas en las masas a las que va dirigido.

Como no podía ser de otra manera en un anarcosindicato que había colectivizado la industria cinematográfica, el cine producido por la CNT era esencialmente de tendencia anarquista, y en sus películas uno puede percibir claramente la transmisión de los valores e ideas libertarios de apoyo mutuo y solidaridad en aras de favorecer la revolución social que los anarquistas pretenden, así como el intento por crear una conciencia de clase entre los estratos económicamente más bajos de la sociedad.
Ejemplos que ilustren esto los podemos ver en muchos de sus documentales, en los que el vocabulario empleado se asemeja más al utilizado en un panfleto político que al normal en un documental meramente informativo, o también en el hecho de que himnos revolucionarios típicos de los anarquistas como A las barricadas o Hijos del pueblo suenan de forma reiterada a modo de banda sonora a lo largo de las películas. No obstante esto último, sí es cierto que, en algunos casos como en ¡¡Ayuda a Madrid!!(1936) o Nosotros somos así (1937), también es frecuente el uso de música popular tradicional de la época, tal y como era común en la totalidad del cine de entonces.
Un ejemplo muy ilustrativo de propaganda anarquista lo constituye también el documental En la brecha (1937), que muestra cómo es el día a día en una fábrica colectivizada por la CNT. En este documental se puede ver la organización de los trabajadores en asambleas y el control total de la fábrica por parte de sus trabajadores, además de críticas contra la situación anterior (esto es, con la fábrica en manos de un burgués), mostrando la posterior (tras el 19 de julio del 36, con la fábrica en manos de los trabajadores) como mejor.
Las críticas a la burguesía y al clasismo no sólo se realizan en En la brecha. Nosotros somos así también supone un cierto ataque a las mentalidades capitalistas y burguesas, que aparecen en las películas de la CNT como clases que se consideran superiores sobre los demás debido a su alto nivel económico.

Muy acorde con lo que podríamos esperar del cine producido por trabajadores de ideología y valores anarquistas, las películas de la CNT están considerablemente impregnadas de imágenes que muestran el mundo del trabajo, tales como obreros trabajando o máquinas funcionando.
Sin ir más lejos, en la misma presentación de todas las películas producidas por la CNT aparecen herreros trabajando en la fundición, de cuyos martillazos surgen las siglas “SIE Films” (Sindicato de la Industria del Espectáculo), que era la productora de dicho sindicato, en el que se agrupaban los trabajadores de espectáculos de la CNT. Esto confiere un indudable carácter obrerista y proletario a las películas del SIE, que sin duda contribuye a crear esa conciencia de clase de la que hablábamos al principio.

Otra de las constantes en el cine anarquista entre 1936 y 1937 es, naturalmente, las críticas contra el comunismo de Estado, cuyo mayor representante entonces era la URSS de Stalin. A este respecto conviene echar un vistazo al documental Un pueblo en armas (1937), donde la crítica al comunismo totalitario representado por Stalin es feroz. Hay que decir que las críticas hacia el comunismo no sólo son por el hecho de representar éste valores e ideas diametralmente opuestos a los del anarquismo (recordemos que mientras que el anarquismo promulga la desaparición del Estado y de toda autoridad, el comunismo de la URSS consistía en un Estado totalitario), sino también por otros hechos concretos, como son, por ejemplo, la represión ejercida por las tropas de Stalin contra militantes anarquistas en Barcelona en mayo del 37 en complicidad con algunas fuerzas republicanas, o la importancia que los comunistas daban a ganar la guerra frente al hecho de hacer la revolución, al contrario que los anarquistas, para los que la revolución social era tan importante como ganar la guerra, y ambas acciones debían ir conjuntas.
Las críticas que en Un pueblo en armas se hacen no son sólo contra el comunismo. La propia República, como es de esperar en un filme producido por anarquistas, también es blanco de críticas y es acusada al inicio del documental de seguir ejerciendo la represión contra los obreros, así como de, ya iniciada la guerra, no proporcionar las suficientes armas al pueblo que está luchando en el frente.

Otra de las cosas que llaman la atención al ver las películas anarquistas de la CNT es la cantidad de imágenes de periódicos que aparecen. Por aquel entonces, la prensa revolucionaria era más numerosa de lo que es a día de hoy, tanto en número de periódicos distintos como en cantidad de ejemplares distribuidos, y esto unido a la importancia que los anarquistas dan a la educación y a la alfabetización del pueblo (tal y como podrá verse en otros documentales) puede darnos una idea de por qué se muestran tantas imágenes de periódicos, como por ejemplo Solidaridad Obrera o Nuevo Aragón.
Del mismo modo que puede percibirse la importancia que los anarquistas dan a la educación, podemos ver también el papel destacado que juega la medicina, pues son también numerosas las imágenes de médicos operando a pacientes y atendiendo las necesidades básicas del pueblo en las colectividades agrarias donde la revolución triunfó, como por ejemplo el pueblo de Caspe, en Aragón.

Aunque a simple vista en las películas del SIE pueda percibirse un clarísimo tinte anarquista, no es menos cierto que en algunos de los documentales las contradicciones con los principios libertarios y ácratas son bastante patentes.
Así, por ejemplo, podemos ver cómo en más de una ocasión se refieren a destacados militantes de la CNT, como pueden ser Buenaventura Durruti o García Oliver, como “líderes”, cuando en teoría el anarquismo, de inspiración anti-autoritaria, no reconoce líderes en la sociedad y cree en una organización social horizontal, sin gobernantes ni líderes de ningún tipo.
Por si esto fuese poco, en La silla vacía (1937), de igual modo que suenan himnos anarquistas como A las barricadas o Hijos del pueblo, suena también la Internacional, cuando ésta era el himno oficial de la URSS. Este dato, evidentemente, llama la atención por dos razones. En primer lugar, por el hecho de ser el himno de un Estado (y ya sabemos qué opinión le merecen los Estados a los anarquistas), y en segundo lugar por ser el himno de la URSS, es decir, el himno de esos mismos que asesinaron vilmente a decenas de militantes anarquistas en lo que se conoce como Sucesos de mayo (la represión ejercida en mayo del 37 en Barcelona a la que nos hemos referido anteriormente).
También abría que señalar aquí que, a pesar de ser la CNT una de las organizaciones más revolucionarias y progresistas (si no la que más) de la sociedad de entonces, algunos de los tópicos más comunes de los elementos más reaccionarios de la sociedad se dan de igual modo en el cine anarquista. Un ejemplo clarísimo lo podemos ver en En la brecha, donde los productores de la película tuvieron muy claro el papel que debían cumplir las mujeres (en casa, ocupándose de la economía doméstica) y el papel que debían cumplir los hombres (en el frente, luchando, o recibiendo instrucción militar), haciendo gala de un sexismo que sólo cabría esperar en una película de lo más conservadora.

Por último, habría que decir que, quizá por ser tan propagandístico, el cine anarquista no destacaba por una magnífica dirección de actores, precisamente. En las películas aquí analizadas los diálogos son forzadísimos y la actuación es pésima, aunque esto importa poco cuando lo que se persigue es hacer más propaganda que arte.
No obstante, también hay que tener en cuenta que la mayoría de las películas a las que he echado un vistazo son documentales, es decir, no cuentan argumentos completamente inventados y originales. Existen otras películas de corte menos propagandístico y con actores profesionales, como Aurora de Esperanza (1937), de Antonio Sau, que, según Antonio Artero (cineasta anarcosindicalista), “es un precedente paradigmático de lo que luego se denominaría "neorrealismo europeo"” y “está considerado por historiadores y críticos como uno de los trabajos más importantes de los cien años de cine español”. Aurora de Esperanza cuenta la historia de Juan, un obrero que vuelve de vacaciones y se encuentra la fábrica en la que estaba trabajando cerrada, con los obreros en el paro. Se avecinan tiempos difíciles para Juan y su familia y, tras tomar conciencia de su situación junto con más parados, Juan participa en una “marcha del hambre” hacia la capital, durante la cual será informado de que la revolución social por fin ha llegado, iniciándose así una aurora de esperanza para el proletariado. Del mismo modo, otra película que destaca dentro del cine anarquista es Nuestro culpable (1937), de Fernando Mignoni, una comedia que trata el tema de la justicia burguesa y lo mal que funciona. Éstos serían, pues, dos ejemplos de cine anarquista verdaderamente artístico y de considerable calidad cinematográfica.

Antes de pasar a comentar algunas películas concretas, me gustaría señalar que, a pesar de que en este trabajo sólo se mencionan unas pocas obras, la producción cinematográfica del SIE fue bastante extensa. Aquí se puede ver un listado aproximado de las películas producidas por los anarquistas durante la Revolución Española, de las cuales la mayoría permanecen desaparecidas aún a día de hoy debido a, entre otras cosas, la posterior dictadura franquista (éstas son las que se conservan). Esta dictadura no sólo acabó con el cine libertario, sino con todo aquello que sonase a “arte”, enviando a poetas, dramaturgos y demás intelectuales antifascistas al exilio o, en su caso, a la tumba.
¡¡Ayuda a Madrid!! (1936)
Es en este documental en el que se deja patente la importancia que los anarquistas, al contrario que comunistas y republicanos, dan a la Revolución Social. Para los comunistas y republicanos el vencer al fascismo era más importante que hacer la Revolución, mientras que para los anarquistas ésta era igual de importante que la derrota de las tropas de Franco, y ambas debían de ir de la mano. Por otra parte, teniendo en cuenta los ideales anarquistas y sus postulados, es lógico que republicanos y comunistas no pusiesen todo su énfasis en hacer la Revolución, pues en caso de hacerse se haría contra ellos mismos, ya que el anarquismo sostiene la desaparición del Estado, sea republicano, comunista o fascista.

El documental es todo un ejemplo de propaganda, y lo podemos ver en el tipo de consignas que muestra, tales como “¡¡Solidaridad!!” o “¡Muera el fascismo!”, al igual que en el vocabulario empleado por el narrador, cuando habla del “Madrid heroico”, por ejemplo, todo ello con un tono de ánimo y hermandad que, si no fuera porque sabemos que es de la CNT, podría sonarnos hasta cristiano.
En este documental se hace patente la importancia que los anarquistas dan a los valores de solidaridad y apoyo mutuo con tan sólo ver las pancartas colgadas en los trenes que llevan los víveres a Madrid: “¡Barcelona! ¡Madrid! La sangre os une”, “A ti, pueblo de Madrid”, “Madrid, Cataluña te ayuda”.

En el documental no sólo se escuchan himnos revolucionarios como A las barricadas, sino también música típica madrileña, en concreto La Verbena de la Paloma, algo completamente lógico teniendo en cuenta que el documental va dedicado al pueblo de Madrid.


Entierro de Durruti (1936)
El tono propagandístico se repite al hablar de Buenaventura Durruti como un “niño proletario”, “luchador por la libertad”, “una inspiración” para los “valientes luchadores”, que también estimula esa conciencia de clase y asociación de los proletarios con el ideal de la libertad.
Tal y como señalábamos al principio, la narradora se refiere a Durruti como un “líder”, cuando dice que “cientos de miles de barceloneses saludan a su líder”. Esto es una contradicción con los ideales anarquistas, que persiguen, precisamente, la ausencia de líderes. Si bien, puede entenderse el uso del término al tener en cuenta que Durruti fue un destacado militante de la CNT, y que tuvo a su cargo una columna de milicianos (Columna Durruti) que partió a Zaragoza primero y hacia Madrid después para luchar contra el fascismo. Sería en Madrid donde finalmente moriría en condiciones desconocidas aún a día de hoy.
A pesar de todo, no sería correcto hablar de Durruti como un líder más allá de lo que compete a su columna, en contraposición a lo que podríamos decir de, por ejemplo, Juan García Oliver, otro destacado militante que llegó a ejercer nada menos que de Ministro de Justicia en el Gobierno de la República.

El documental alude continuamente a la cantidad de gente que ha acudido al entierro de Durruti, dando así una imagen de aceptación del anarquismo en la sociedad y, por lo tanto, confiriendo una teórica mayor fuerza a los ideales libertarios. Lo podemos ver con frases como “una multitud en masa”, “nunca antes se había reunido en Barcelona semejante multitud”, “toda Barcelona estaba en la calle”,…

Uno de los aspectos más chocantes del documental llega en el minuto 6:40 aproximadamente, cuando la narradora habla de “los combatientes más unidos a Durruti”, y se pueden ver banderas comunistas y nacionalistas catalanas. Y llama la atención, no sólo por el hecho de la represión que meses más tarde ejercerían los comunistas sobre los anarquistas, sino porque, a pesar de que las condiciones en las que la muerte de Durruti se produjo siguen sin ser totalmente conocidas aún a día de hoy, la teoría que cobra más fuerza para explicar los hechos es la que apunta directamente a los comunistas como autores de su asesinato en Madrid. Es decir, que no sería disparatado pensar que algunos de los que este documental presenta como “los combatientes más unidos a Durruti”, y que en ese momento le están rindiendo homenaje, fuesen, de hecho, los propios verdugos del miliciano leonés.

Otro hecho a destacar es la bajada de bandera de EEUU. Primero por el hecho de que el Gobierno estadounidense no acudió en ayuda de la parte leal cuando ésta más lo necesitaba, y segundo por ver cómo un Estado rinde homenaje a una persona que, dados sus ideales, quiere acabar con él.

En cuanto a la música aparecida en el documental, aparte de la marcha fúnebre de Schopain vuelven a sonar los himnos revolucionarios anarquistas A las barricadas e Hijos del pueblo.


En la brecha (1937)
Tercera parte.
En el caso de este documental nos damos cuenta de que estamos viendo una película realizada por y para trabajadores desde el momento en que vemos las primeras imágenes, en las que aparecen unas hormigas obreras trabajando, y su plano se funde con otro en el que aparecen muchos trabajadores (ya humanos) acudiendo a sus puestos de trabajo.
Este símil entre hormigas y trabajadores transmite sin duda una conciencia de clase importante, pues muestra una forma organizada de trabajar, sin que nadie tenga más privilegios que nadie, todos trabajan por igual, aportando su granito de arena, haciendo efectivo el principio “de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”.
Esta organización sin privilegios de ningún tipo puede verse en el trato de igual a igual que mantienen los trabajadores, sin superiores ni subordinados, saludándose a grito de “¡Salud!” y tratándose los unos a los otros de “camarada”; y también en las escenas que muestran cómo los trabajadores se organizan en asambleas, sin que las decisiones estén tomadas por un patrón.
El tono propagandístico de este documental es constante, lo que queda claramente reflejado en la mediocre actuación de los actores, por ejemplo cuando están un grupo de amigos charlando sobre los logros de la revolución. Y no sólo en eso, sino también en la decoración y el atrezzo, como por ejemplo los carteles que aparecen colgados en las paredes de las oficinas, en los que algunos de ellos se puede leer “La industria, la agricultura, todo para el frente” o “24 horas son pocas, trabajad todos para el frente”; o en las imágenes que se muestran de los coches con los logos de las empresas colectivizadas por la CNT.
Además, las imágenes de obreros trabajando y máquinas funcionando que remiten al mundo del trabajo se repiten bastante. También podríamos mencionar como ejemplo de propaganda el titular que aparece de Solidaridad Obrera, el cual dice que los milicianos prefieren “desaparecer antes que olvidarse de una sola de sus consignas”, dando así una inmensa importancia a los lemas e ideas sostenidos por los anarquistas.

Este documental denota también un cierto sexismo, por otra parte común en la sociedad de entonces. Y es cuando se deja claro que los hombres han de ir a luchar al frente y recibir instrucción militar, mientras que las mujeres se quedan en casa ocupándose de la economía doméstica (para lo cual reciben una clase magistral) o tejiendo.

Es interesante también comentar la importancia que se le da a la responsabilidad tanto en la guerra como en el trabajo, por si quedaba alguna duda de que el filme está producido por un sindicato. El trabajador que explica esa importancia de la responsabilidad dice que si no la hubieran tenido “hoy seríamos esclavos”.

Más adelante se efectúa una crítica interesante contra el régimen burgués imperante antes de la Revolución. A modo de feedback muestran cómo era la fábrica antes de estar colectivizada por los anarquistas: en manos de un empresario arrogante, que trataba fatal a su secretaria, al que sus trabajadores y subordinados rendían pleitesía. Esta situación contrasta con la posterior (en manos de los anarquistas), donde los trabajadores se organizan, no están explotados, y hasta ponen una biblioteca en su centro de trabajo. Confiere una cierta legitimación de la Revolución social, ya que la situación anterior se hacía insostenible y era preciso cambiar las cosas radicalmente, a la par que fomenta el odio hacia las clases capitalistas y burguesas.
Al final, aparecen imágenes de los trabajadores abandonando la fábrica, y de fondo el himno A las barricadas. También se muestran chimeneas de fábricas echando humo, que de nuevo remiten al mundo del trabajo, y la imagen de un miliciano empuñando un fusil.


Un pueblo en armas (1937)
Quinta parte.
Quizá por ser menos propagandístico y más informativo que los vistos en este trabajo, Un pueblo en armas es el documental que más claramente explica qué es el anarquismo y en qué consiste la revolución que está siendo llevada a cabo por los anarquistas.
Como hemos visto que es costumbre, los himnos revolucionarios de Hijos del pueblo, A las barricadas o Coloca la bomba suenan continuamente, y las críticas hacia el comunismo de Estado y la República no se echan en falta.

Se muestran también imágenes de Bujaraloz, un pueblo colectivizado por la columna Durruti, y se habla de las colectividades agrarias en Cataluña, Aragón y el Levante. Además, el documental basa sus críticas hacia la República en algo más que en la naturaleza que supone un Estado republicano frente a una colectividad anarquista, y denuncia el hecho de no haber dotado la República de armas al pueblo que estaba luchando en el frente, impidiendo así la derrota del fascismo. Señala el documental que, mientras que la CNT sí fue capaz de renunciar a sus principios con tal de derrotar al fascismo (pues el hecho de que una organización anarquista ingrese en el Gobierno escama a cualquiera), la República no hizo lo propio, y no dotó de armas a los anarquistas por miedo, lo cual tuvo las consecuencias que tuvo.

Más adelante se narra la ofensiva que Stalin dirigió contra las colectividades agrarias, dosificando el envío de armas, haciendo ver la heroicidad de las colectividades, que se defendieron como pudieron al carecer de armas.
No sólo la República y el comunismo son blanco de las críticas de los anarquistas en este documental. La Iglesia también se lleva su parte, y se puede ver en el momento en que el narrador dice que “los sacerdotes actúan como espías y los obispos bendicen la Nueva Inquisición”, mostrando así al clero como aliado del fascismo.

Se muestra a los milicianos luchando en el frente, no como un ejército jerárquico con oficiales y subordinados que luchan por defender la República, sino como un “pueblo revolucionario en armas”, que no va con trajes de militar, sino con sus trajes de mecánicos y de campesinos a morir por la Revolución social.
Además muestran numerosas imágenes de médicos atendiendo a pacientes, y se explica que mediante el método colectivizador anarquista hay pueblos que han recibido atención médica por primera vez, dotando así al anarquismo de una bondad y eficacia considerables.

A continuación se explica de manera casi didáctica en qué consiste el comunismo libertario que pretenden los anarquistas en oposición al comunismo estatal, que desemboca en la “tiranía absoluta”. Conceptos como “anarcosindicalismo”, “federalismo” o “comunas” son definidos y explicados, y las diferencias entre un ejército y “un pueblo en armas”, los ministerios y las “federaciones de productores”, las leyes y la “solidaridad y autodisciplina”, y la policía y “vigilancia revolucionaria de los trabajadores” quedan claras.
Se habla de la espontaneidad de las comunas frente a la rigidez de los Estados y de la abolición del dinero o de la fabricación local del mismo.
El documental deja claro que la revolución no se hace sólo en el trabajo, sino que se extiende a todos los ámbitos de la sociedad, y así vemos pintores y músicos revolucionarios, y una orquesta tocando el himno revolucionario Hijos del pueblo.
Por todo esto, Un pueblo en armas es, como ya digo, uno de los documentales más explicativos sobre el anarquismo y la Revolución Social, recomendable para todo aquel que quiera hacerse una idea sobre qué significa la palabra “anarquismo”.

Se vuelve a criticar a la República por huir a Valencia cuando Madrid está siendo asediada por los fascistas. Es aquí cuando se magnifica a la Columna Durruti y su valentía, que sí acudió a defender a Madrid, aún sabiendo que allí se iba a morir.
Las críticas a los comunistas de Stalin vuelven a repetirse cuando éstos reciben la orden de atacar a los anarquistas y trotskistas, que será cuando Durruti muera. Aunque no está del todo claro quién mató a Durruti, la teoría que cobra más fuerza es la que señala a los comunistas como autores del crimen, lo cual hace que cualquier anarquista se estremezca al ver las siguientes imágenes del documental, que muestran banderas comunistas ondeando en el entierro de Durruti, homenajeando al miliciano que acababa de ser asesinado. Además, uno de los cortejos estaba presidido por el embajador ruso Antonov, aún cuando las órdenes de Moscú eran “eliminar las milicias anarquistas y trotskistas”.
Lo cierto es que la crítica al comunismo estalinista en este documental no puede ser mayor, cuando se señala por ejemplo, que Stalin llegó a ordenar ejecutar a sus propios soldados soviéticos por el hecho de suponer unos “testigos incómodos” de sus fechorías, o cuando se explica que el líder ruso pretendía convertir a España en una colonia soviética, para lo cual tendría que eliminar toda oposición posible, es decir, el POUM y la CNT.
Además, al igual que la República y según el documental, las armas que enviaba Stalin tampoco llegaban al frente, sino que se quedaban en la retaguardia en manos de los soldados soviéticos, y cuando se habla de la disolución de las milicias madrileñas para ser introducidas en el “Ejército llamado popular”, se pone en duda que este ejército esté realmente al servicio del pueblo y no contra él.

También se habla de los sucesos de mayo del 37, y se explica que hubo cierto temor a enfrentarse a los comunistas por parte de los “líderes” de la CNT, porque no querían desencadenar otra guerra civil dentro de la Guerra Civil. De nuevo, sorprende la utilización del término “líderes”, pues se supone que la CNT es una organización horizontal, es decir, sin líderes ni mandatarios.
Más adelante aparecen imágenes de jóvenes anarquistas torturados por las tropas estalinistas, para hacer más honda, si cabe, su crítica al comunismo totalitario.

El documental acaba mostrando planos de ciudades y edificios destrozados, con un tono de pena, lástima y rabia; y por último con el himno anarquista A las barricadas (como no podía ser de otra manera) e imágenes de milicianos en el frente, fusil en mano, puños cerrados y banderas rojinegras cargadas de emotividad y de cierto orgullo por ser anarquista.

Sin ninguna duda, Un pueblo en armas constituye el documental más recomendable de todos los que he visto, pues es el que mejor explica el concepto de “anarquía” y el que realiza la crítica más dura contra el comunismo estatal.


Teruel ha caído (1937)
Este reportaje comienza mostrando (una vez más) imágenes de periódicos, como viene siendo frecuente en las películas aquí analizadas. Los titulares que aparecen informan sobre la caída de Teruel.

Es curioso que en un documental producido por la CNT se hable del “glorioso ejército popular de la República” y se griten vivas a la República. Además, la CNT y la FAI también aparecen en el reportaje siendo partícipes del homenaje. Esto puede verse como una cierta contradicción, aunque también puede entenderse como una forma de unidad frente al fascismo.

De nuevo, al igual que en el resto de películas, suenan himnos anarquistas, en este caso Hijos del pueblo, y aparecen pancartas que recuerdan a Buenaventura Durruti, el miliciano cenetista asesinado en Madrid.


La silla vacía (1937)
Tercera parte.
Este documental también es un buen ejemplo de propaganda, en este caso dirigido a la retaguardia que por cualquier razón no está luchando en el frente. Está protagonizado por un hombre que ve la guerra desde la retaguardia, con mucho dolor y sufrimiento por las malas imágenes que la guerra ofrece (tales como personas mutiladas), pero que al final se unirá al frente y morirá como un héroe digno de admirar.
Lo que persigue el documental, al fin y al cabo, es que las personas que no están combatiendo al fascismo sean conscientes de que hay gente que sí lo está haciendo, los cuales son representados como héroes, y que se están dejando la vida por defender la libertad.

En el documental aparecen personalidades importantes dentro de la historia del movimiento libertario, como por ejemplo Joaquín Ascaso, presidente del consejo de Aragón, que además fue hermano de uno de los compañeros de armas de Durruti, Francisco Ascaso.
Joaquín Ascaso, en una patética actuación que como ya digo viene siendo normal en estas películas tan propagandísticas, asegura “la victoria antifascista”, y el hecho de que aparezca una persona tan influyente asegurando tal cosa en un documental dirigido a la retaguardia tiene la clara intención de tranquilizar a aquellos que no están luchando, a la par que mostrar la imagen de que se está ganando la guerra y no hay que temer.
Además, también se muestra una conversación telefónica entre Ascaso y Antonio Ortiz, en el que éste recibe ánimos de aquél y se da una imagen de la guerra como un lugar casi idílico y carente de peligro, lo que tiene su significación teniendo en cuenta que este documental va dirigido a la retaguardia.

También podemos ver imágenes de máquinas funcionando (en este caso usadas para hacer periódicos) que vuelven a remitir a ese mundo del trabajo tan frecuente en las películas de la CNT, y de nuevo salen imágenes de periódicos (Nuevo Aragón), muy abundantes en las películas de las que estamos hablando.

En este documental también se deja claro la importancia que los anarquistas daban a la cultura. Aparece una imagen de un portavoz recordando (en un gracioso acento maño, por si alguien albergaba dudas de que están realmente en Aragón) a los niños la importancia de ir al colegio.
Aquí se explica el título de la película. El narrador dice que los niños deben su libertad a todos aquellos que han dejado “las sillas vacías” en las cafeterías para ir a luchar al frente, y lo dice, por cierto, mientras vemos imágenes de niños saliendo del colegio y dejando también “las sillas vacías”, con lo que la frase “la silla vacía” adquiere un doble significado, en cierto modo.

Una vez más, aparecen imágenes de médicos, los cuales “son movilizados en dirección a las líneas de fuego”, incidiendo en la idea de ir al frente y teniendo siempre el campo de batalla como escenario (recordemos que el documental va dirigido a la retaguardia, a las personas que no están luchando).
Más adelante, aparecerán más imágenes de médicos, y los anarquistas se apuntarán un logro: explican que puede transfusionarse la sangre de los muertos para socorrer a los milicianos en el frente mientras no pasen más de 12 días, pero dicen que “en nuestra organización social” eso no es necesario, pues el pueblo dona voluntariamente su sangre a los compañeros luchadores, lo que da una imagen solidaria de la anarquía. La sangre se recoge en Barcelona y se lleva a Caspe, donde se está librando la batalla. Explican que ellos, los anarquistas organizados en colectividades, han sido los primeros en el mundo en poner en práctica esa modalidad de transfusión tan útil.

La llamada de la retaguardia al frente es constante. Sobre todo cuando el narrador, mientras vemos imágenes de milicianos dejando su silla vacía para ir al frente, pregunta directamente “¿no os hace pensar en que algunas de las sillas vacías no volverán a ser ocupadas?”; y también cuando se muestran imágenes de milicianos en el frente jugando al fútbol, dando una imagen simpática e inofensiva del frente de batalla.

Sorprende que, en el momento en que el protagonista es abatido en combate, suena la Internacional, el entonces himno de la URSS, pues no es muy normal que los anarquistas usen el himno de un Estado teniendo los suyos propios, y más si tenemos en cuenta que los comunistas rusos fueron enemigos de los anarquistas y los asesinaron vilmente en los sucesos de mayo del 37.
No obstante, cabría decir que en el documental la Internacional suena cuando el protagonista es abatido por fuerzas opositoras, las cuales podrían ser perfectamente comunistas, por lo que en este contexto sí tendría sentido escuchar la Internacional en un documental anarquista, ya que esta podría simbolizar el hecho de que han sido los comunistas los que han matado al miliciano en el frente.

Sea como sea, lo cierto es que el hombre es abatido y, antes de morir, pronuncia estas palabras: “hombres, mujeres, compañeros de retaguardia, pensad en nosotros”, por si quedaba alguna duda de que este documental va dirigido a la retaguardia.
Al final, se muestra una imagen de la silla que este hombre solía ocupar en la cafetería vacía, porque él ya no la ocupa, y se vuelve a escuchar el himno anarquista Hijos del pueblo.


Nosotros somos así (1937)
Cuarta parte.
Esta película puede suponer otro ejemplo de la importancia que los anarquistas dan a la cultura y a la instrucción del pueblo, pues al poco de empezar ya critica la educación del sistema, cuando una niña dice que “no hay error más profundo que una falsa educación”. De hecho, la película entera está protagonizada por niños, los cuales se organizan en sus tareas del mismo modo que los adultos, llegando incluso a celebrar sus propios mítines monstruo.
Además, esta película también es crítica en cierto modo con el clasismo del que hacen gala las clases ricas, pues representa en los niños hijos de anarquistas la figura de “los buenos”; en la clase burguesa, “los malos”; y en el niño rico que al principio no se lleva bien con los anarquistas pero que luego se hace su amigo renunciando a estar con los de su clase social; la figura del “arrepentido”, que antes obraba mal y ahora obra bien.

En esta película no sólo podemos escuchar himnos revolucionarios como ha sido lo normal hasta ahora; también aparecen chotis y jotas, es decir, música popular que no tenía por qué ser revolucionaria. No obstante, la marca anarquista vuelve a sentirse cuando aparece como tema el estallido de la Guerra Civil y de la Revolución Social, y los himnos anarquistas vuelven a hacerse escuchar.
En la película, ocurre que al padre del niño rico le van a ejecutar los anarquistas porque hay un documento que le compromete y le delata como colaborador del fascismo. Los niños anarquistas, a pesar de que el niño rico no les ha tratado bien, suplican a sus padres (que son los encargados de aplicarle la pena a los traidores) que no lo maten, y que destruyan el documento que le compromete, mostrando así una imagen noble de los anarquistas, que son capaces hasta de evitar la muerte del enemigo con tal de que no corra la sangre. Todo ello, además, recurriendo a argumentos que rozan más lo sentimental que lo racional, como que si lo matan “el niño se quedará huérfano”. Finalmente, el padre del niño no será ejecutado.

Al final el niño rico se arrepiente de su comportamiento, lamenta haberse portado tan mal con los anarquistas y se avergüenza de las enseñanzas de su padre, que le decía que el pueblo era malo y que los nobles eran buenos. Los niños celebran un mitin monstruo al más puro estilo obrero en el que perdonan al niño rico y le aceptan como a uno más, y es aquí cuando se explica el título de la película, cuando la cuidadora del niño rico le dice al hombre que ha perdonado al padre “¡qué bueno es usted!”, y el hombre contesta “Ni buenos, ni malos; nosotros, como nuestros hijos, también somos así”.

Llama la atención, como hecho curioso, que en el mitin monstruo celebrado por los niños todos ellos hablan en verso. Quizá lo que se pretende es presentar el mitin como una función más de las que realizan los niños a lo largo de toda la película.



FUENTES CONSULTADAS

Aparte de todas estas películas, para poder hacer este trabajo, he consultado más fuentes bibliográficas y de internet:

- Bibliografía:
· DÍEZ PUERTAS, Emeterio. Historia del movimiento obrero en la industria española del cine: 1931-1999. Valencia: Ediciones de la Filmoteca, 2001. ISBN 84-482-2532-5.
. PEIRATS, José. La CNT en la Revolución Española. Editorial Madre Tierra, 1988. 1093 págs. ISBN 978-84-87169-00-7

- Páginas web:
·http://archivo.cnt.es/Documentos/cineyanarquismo/home.htm
·http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_Espa%C3%B1ola#Un_ejemplo_de_una_industria_colectivizada_por_la_CNT:_la_cinematogr.C3.A1fica

domingo, 9 de noviembre de 2008

PLAN BOLONIA. ASÍ LO ENTIENDO YO.

A continuación, expongo un pequeño (por qué no llamarlo así) trabajo sobre el Plan Bolonia. No pretende ser algo objetivo al 100%, ni pretendo haber descubierto la pólvora al haberlo escrito. Simplemente es mi visión de todo eso que se nos viene encima a los estudiantes y que se ha dado en llamar Proceso de Bolonia, la visión de un estudiante cualquiera, que ha recibido panfletos, que ha charlado con gente, que ha asistido a asambleas, que ha acudido a charlas y algún debate con el rector. En definitiva, este trabajo es el trabajo de alguien que podrías ser tú mismo, de alguien que se ha intentado informar sobre el Plan Bolonia como buenamente ha podido, y estas son las ideas que he sacado en conclusión. Así entiendo yo lo que se nos viene encima:

INTRODUCCIÓN. PLAN BOLONIA. ¿DEMOCRÁTICO?
Lo primero que hay que decir del Plan Bolonia y todo ese proceso encaminado a la convergencia con Europa para iniciar el Espacio Europeo de Educación Superior es que brilla por su falta de democracia. ¿Te han preguntado qué te parece? ¿Te han pedido tu opinión? Lo que es más importante ¿te han informado? Estoy cansado de ver gente que cuando le hablas de Bolonia te suelta eso de “no, bueno, es que no estoy muy informado”. ¡Diablos, claro que no estás informado, como que ninguna de todas esas personas que pretenden imponer ese nuevo modelo de Universidad se ha molestado en informarte! Si ni siquiera se han molestado en informarnos, cómo vamos a esperar que se nos pregunte qué opinamos. Lo dicho, este proceso empieza mal desde el principio, desde el momento en que se implanta a espaldas de toda la comunidad universitaria.

El Proceso de Bolonia se inicia en teoría para “modernizar” la universidad, para mejorar la “movilidad” de los estudiantes a lo largo de Europa. Se nos presenta la idea de una universidad del futuro, tecnológica, una revolución del conocimiento. Ante esto nadie puede oponerse, ¿quién no quiere una universidad así?, ¿quién no quiere poder estudiar en el extranjero con toda una serie de facilidades? Bolonia parece lo que todos estábamos esperando. Muy bien, si lo que se pretende es converger con Europa y modernizar la universidad, es de suponer que bastará con establecer un sistema de convalidación de títulos a nivel europeo, una multiplicación de las becas Erasmus y una mayor financiación de la universidad, nada más. No parece un proceso muy difícil, sino todo lo contrario. ¿Pero nos hemos encontrado con esto? No, con esto precisamente no nos hemos encontrado, sino con algo que se antoja bastante más complejo:

GRADOS Y POSTGRADOS.
Para empezar, las diplomaturas y las licenciaturas tal y como las conocemos hoy van a desaparecer. Los planes de estudios ya no van a estar divididos en diplomaturas y licenciaturas, sino en grado, postgrado (o máster) y doctorado (este sistema, por lo que tengo entendido, no va a afectar a todas las carreras por igual, lo que no quiere decir que estas carreras sean inmunes al Plan Bolonia y éste no las vaya a afectar en nada, como se ha insinuado).
En un grado habrá cuatro años de estudios de una carrera determinada:

- El primer año se presenta como una “formación general” para el alumnado, nada de empezar ya en serio a estudiar la carrera que el alumno haya escogido. Es algo así como un tercero de bachillerato, para entendernos. Debe ser que los estudiantes (víctimas de la LOGSE) no llegan totalmente preparados a la universidad desde el instituto, y es necesario hacerles cursar este tercero de bachillerato en la facultad. Vemos pues, que el problema que viene del instituto se soluciona en la universidad. ¿No sería más lógico resolver el problema en el mismo sitio en que éste se produce, esto es, en el instituto? No señor, los artífices del Plan Bolonia han decidido que es necesario trasladar la mierda del instituto a la universidad, para manchar más si cabe el sistema educativo.

- El cuarto año de grado se presenta como un año de prácticas no remuneradas en empresas privadas. Es decir, los alumnos de cuarto de grado no van a ser más que mano de obra gratis para los empresarios, así de claro. Y esto plantea un problema en el que creo que no se ha incidido lo suficiente. Desarrollemos nuestra empatía y pongámonos en el lugar del empresario: tenemos una empresa a la que cada año vienen a TRABAJAR estudiantes en prácticas a los que no es necesario pagar. ¿Es que acaso se nos va a pasar por la cabeza contratar a alguien y hacerle fijo? No, ¿para qué?, si cada año tengo mano de obra nueva y gratis. Volvamos a ponernos en el lugar que nos corresponde, el de los estudiantes: ¿quién nos va a contratar?

- Quedan, pues, dos años (segundo y tercero) para estudiar y adquirir los conocimientos característicos de la carrera que hayamos escogido. Es decir, en dos años tenemos que estudiar lo que ahora estudiamos en cinco. ¿Este apelotonamiento de conocimientos de cinco años en dos en qué se traduce? Se traduce en que, si hasta ahora teníamos créditos equivalentes a 10 horas lectivas, ahora tendremos créditos de entre 25 y 30 horas (los llamados créditos ECTS), y se traduce también en que para sacar la carrera adelante, un estudiante deberá dedicarle a sus estudios un total de 35-40 horas semanales. Esto es una jornada laboral en toda regla. Habrá quien pueda ejercerla sin ningún problema, ya que no trabaja y podrá dedicarle entre 7 y 8 horas diarias a estudiar su carrera (que ya es bastante), ¿pero y la gente que actualmente está trabajando para pagarse los estudios? Le será incompatible una cosa con la otra, y tendrá que elegir entre trabajar o estudiar. Precisamente por dejar de trabajar, no podrán pagarse los estudios, y no podrán hacer una carrera universitaria. Vemos entonces que este sistema de créditos ECTS perjudica a las personas con rentas más bajas. Uno de estos dos años restantes, además, se recomienda que sea cursado en el extranjero, para lo que sería necesario un aumento de las becas Erasmus, pero no es precisamente con esto con lo que nos encontramos, sino más bien con otro tipo de becas:

BECAS-PRÉSTAMO.
Entran en juego las Becas-Préstamo, que no son más que préstamos bancarios a devolver con intereses. Es algo así como una hipoteca, tú pides dinero al banco para cursar tus estudios y luego se lo devuelves con intereses. Así, ellos ganan dinero gracias a que tú estés estudiando. Estudiar se convierte así en una inversión que tienen que hacer las familias, igual que con el coche o la casa. A pesar de todo, nos dicen que la universidad y el conocimiento no se están mercantilizando, ¡no qué va!

PLAN BOLONIA. CÓMO SERÁN LAS CLASES.
Por si todo esto fuera poco, sólo una pequeña parte de los créditos que va a tener cada carrera van a corresponder a clases impartidas por un profesor que ENSEÑE a los alumnos. El resto de créditos será completado con trabajos en grupo para fomentar la capacidad de trabajar en equipo, seminarios, y también trabajos individuales. Lo que se pretende es que el alumno sea constante, flexible, y que parte del trabajo corra por su cuenta. A día de hoy, tal y como están estructurados los grupos en las facultades, esto es simplemente imposible. Se necesitarían grupos más pequeños, para que el profesor pueda tener un contacto más directo con sus alumnos, pero esto también requeriría un mayor gasto de dinero. ¿Y se ha realizado este gasto de dinero? Pues no es precisamente esto lo que se ha hecho, no señor, sino todo lo contrario. La Comunidad de Madrid ha recortado en un 30% el presupuesto de la universidad pública, por lo que esto del aprendizaje en el que el profesor y el alumno estén más cercanos gracias a los grupos más pequeños (que ya de por sí era difícil, pues precisaba de un aumento en el gasto público para la universidad que no tenía pinta de aparecer por ninguna parte) se hace completamente impensable. Con este nuevo modelo es prácticamente imposible formar a nadie, al menos en la universidad pública. Pero es que es precisamente eso lo que se pretende: no formar a nadie.
El grado de cuatro años lo único que pretende de cara a la formación del alumno es una “formación general” (Art. 9.1. del Real Decreto 1393/2007 de Grado y Postgrado), una “adquisición de competencias, destrezas y habilidades”, nada de profundizar en la materia y generar conocimiento en los alumnos. Tanto es así que, de hecho, si actualmente siendo licenciado en Derecho uno puede ejercer de abogado, no ocurrirá igual con aquél que se gradúe en Derecho, que se le imposibilitará de desarrollar esta profesión, siendo imprescindible cursar un postgrado o máster. Y ocurre que estos postgrados no son precisamente baratos, llegando incluso a alcanzar precios de entre tres y seis veces superiores a los de las actuales carreras universitarias, y de casi tres veces el de los grados. ¿Cómo los pago? Muy sencillo, recurriríamos a las Becas-Préstamo, de las cuales ya hemos hablado.

EL CAP Y EL NUEVO MÁSTER.
El Proceso de Bolonia viene acompañado de un aspecto importante sobre todo para las carreras de letras, de mero contenido teórico, como Filosofía y las filologías. Es la sustitución del CAP (Certificado de Actitud Pedagógica) por un Máster en Formación del Profesorado. Si el CAP antes costaba entre 150 y 200 €, el nuevo máster costaría entre 1.500 y 2.500 € (precio de postgrado), calderilla vaya. Si antes el CAP se constituía de entre 10 y 30 créditos (unos tres días), el nuevo máster sería de 60 créditos ECTS, los de 25-30 horas (un curso completo). Antes, para hacer el CAP, bastaba con estar licenciado, mientras que con el nuevo máster serán necesarios dos nuevos requisitos:
- Por un lado, habrá que tener un título o hacer una prueba de tu materia.
- Además será necesario un Certificado de nivel B1 de una lengua extranjera moderna, certificado que, por supuesto, será necesario pagar y hacer un examen para adquirirlo.
¿En qué consistía el CAP? El CAP consistía en un breve curso de pedagogía en el que estudiar por cuenta propia ciertas unidades didácticas y examinarse de ellas, ir a unos pocos seminarios (o ninguno, si no era presencial), y hacer unas cien horas de prácticas. Además, le permitía a uno hacer el doctorado a la vez que preparaba la oposición para la enseñanza secundaria.
¿Y en qué consiste el nuevo máster? Lo conforman tres bloques:
Genérico (12-16 créditos). Estrictamente psicopedagógico, por ejemplo, “comprender las motivaciones y el desarrollo de la personalidad de los alumnos”. Esto es muy necesario si quieres ser profesor de historia, ¡me lo vas a comparar con enseñar la caída del Imperio Romano, no hay color!
Específico (24-30 créditos). Psicopedagogía aplicada a la materia, por ejemplo, “fomentar un clima que facilite el aprendizaje”, “integrar la formación en comunicación audiovisual y multimedia”. Por supuesto, un profesor de matemáticas es preferible que sepa usar un Powerpoint antes que enseñar a resolver ecuaciones de segundo grado.
Practicum (16-24 créditos). Prácticas no remuneradas en institutos, que incluirá un trabajo de fin de master, consistente en una memoria de las prácticas realizadas.

Este nuevo máster no le permite a uno, además, hacer el doctorado y preparar la oposición al mismo tiempo.
El nuevo máster no va a producir buenos matemáticos o buenos filósofos que enseñen a los alumnos. Va encaminado a enseñar sólo pedagogía, nada de contenidos teóricos. Serán profesores que sepan explicar muy bien, sí, pero que no tendrán nada que explicar, porque este nuevo máster no les habrá proporcionado nuevos conocimientos (y podemos imaginarnos cuál sería el resultado si los pocos “conocimientos” que tienen han sido adquiridos a partir de un grado de cuatro años como los que se pretenden implantar). Ya no habrá filósofos enseñando filosofía, sino que habrá profesores de filosofía; y ya no habrá matemáticos enseñando matemáticas, sino que habrá profesores de matemáticas. El conocimiento y el saber, por lo tanto, están condenados a desaparecer y a convertirse en un profesor-colega que no tendrá ni puta idea de nada pero que se llevará muy bien con los alumnos y “conectará” muy bien con ellos. Olé. Este es uno de los aspectos más tenebrosos de esta nueva reforma educativa, porque no sólo condena a la enseñanza superior, sino también a la secundaria y al bachillerato. ¿Nos imaginamos una sociedad educada con este nuevo modelo de profesor-colega sin nada que enseñar? Yo no me lo quiero imaginar, pero creo que no voy a tardar en verlo. Dependerá de todos nosotros el parar esto o no, claro.

LAS EMPRESAS ENTRAN EN JUEGO.
Hasta aquí hemos hablado de flexibilidad y movilidad del estudiantado, de tener una jornada de 40 horas semanales para poder sacarte una carrera, de desarrollar la capacidad para trabajar en equipo. ¿A qué nos recuerdan todos estos conceptos? ¿A una universidad? En absoluto, para nada nos recuerdan a una universidad, sino que más bien nos recuerdan a una empresa. Y es que es aquí donde empieza lo verdaderamente grave, y donde Bolonia enseña su parte menos carismática.

Los nuevos planes de estudio no son en absoluto un chollo para la universidad y el conocimiento. Empezamos a meternos en el lenguaje esencialmente empresarial. Todos los planes de estudios que se desarrollarán a partir de ahora serán evaluados por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) atendiendo a criterios mercantiles y de rentabilidad. Para que un plan de estudios salga adelante ha de ser competitivo, si no, ya puede irse olvidando de seguir así, y tendrá que cambiarse o, sencillamente, desaparecer. Es precisamente aquí donde más se teme por las filologías y demás, porque ¿en qué es competitiva la filología eslava, la antropología o la metafísica?
Los programas de investigación en las universidades estarán supeditados a una evaluación que incluye fuentes de financiación externa, es decir, privada. Para que un programa de investigación salga adelante y pueda ser apoyado por el Estado con dinero público, ha de contar con la financiación de una empresa privada, algo así como una especie de apadrinamiento de un proyecto por parte de una empresa privada. Por ejemplo, Pfizer con un proyecto de investigación en medicina, o Ferrovial con uno en construcción, o Microsoft con uno en informática. Si no cuentas con ese “apadrinamiento” de la empresa privada, ya puedes irte olvidando de que alguien te financie tu investigación en absoluto. Así que ya sabes, búscate una empresa que quiera apadrinar tu investigación sobre los conceptos de noúmeno y fenómeno en Kant. ¿Qué ocurre? Que sólo aquellos proyectos de investigación que tengan en sí un interés para las empresas serán los que salgan adelante, ya que serán los únicos apadrinados por éstas. Las carreras que no sean rentables, las que no sean competitivas, las que tengan como objeto la simple reflexión y divulgación del conocimiento, están condenadas a desaparecer. Según el informe económico del Comité de Coordinación Universitario, las tasas de ineficiencia son, en Humanidades de un 37%, en Ciencias Sociales y Jurídicas de un 41,2%, en Ciencias Experimentales del 41,6%, en las Técnicas del 46,3%, y en Ciencias de la Salud del 25,6%. Podemos hacernos una idea, entonces, de lo que va a ocurrir con muchas carreras. Van a desaparecer, simple y llanamente. En definitiva, lo que se va a conseguir con toda esta reforma y “modernización” de la universidad es poner ésta al servicio de las empresas. Con dinero público se va a financiar los proyectos que interesen a las empresas, lo que para ellas está de puta madre, claro. Desarrollemos de nuevo nuestra empatía y pongámonos en el lugar de los empresarios cuyos proyectos vamos a pagar todos. Imaginémonos que queremos hacer un proyecto y el Estado y la universidad se ponen a nuestros pies para lo que nos haga falta: becarios, departamentos, infraestructura,… Da igual que ese proyecto en nada vaya a beneficiar a la propia sociedad que nos lo está financiando, o incluso que la vaya a perjudicar, nos lo van a pagar igual, y nos vamos a ahorrar un montón de dinero, porque ya nos lo pone el Estado. ¡Vamos, que Bolonia sale pero que muy rentable para determinadas personas!

PLAN BOLONIA. CUESTIÓN DE FONDO.
Y todo esto se hace en teoría para “modernizar” la universidad, para “converger” con Europa, para una mayor “movilidad” de los alumnos. ¿Y para eso era necesario montar todo este pifostio? Bastaba, como hemos dicho al principio, con homologar los títulos, multiplicar las becas Erasmus y aumentar la financiación, no era tan difícil, no era necesario poner en marcha toda esa maquinaria, ¿por qué se ha hecho entonces? Aquí llegamos a la cuestión de fondo. ¿Pretende Bolonia de verdad poner la universidad al servicio de la sociedad? No, no es precisamente al servicio de la sociedad donde se va a poner a la universidad, sino más bien al servicio de las empresas. Hemos visto cómo con dinero público se va a financiar proyectos privados, se está poniendo el conocimiento al servicio de los intereses privados, se está dando un auténtico Golpe de Estado en la universidad. Para enterarnos de lo que es Bolonia no tenemos que preguntarle a nuestros rectores, ni a nuestros decanos, ni a nuestros profesores. Ellos no tienen ni puta idea de lo que se les viene encima, o si la tienen no pueden hacer nada contra ello (bien porque salen beneficiados de todo esto, bien porque, como es costumbre en las democracias capitalistas, sencillamente no se puede hacer nada). Para enterarnos de qué es realmente Bolonia, hay que preguntarles a los que de verdad saben lo que es Bolonia, ¿y quién mejor que sus propios artífices para aclararnos las dudas?
Recomiendo echar un vistazo (yo reconozco que aún no me lo he leído entero, pero lo poco que he leído me ha puesto los pelos de punta) a este informe del Círculo de Empresarios: Una Universidad al servicio de la sociedad .
Esto es verdaderamente Bolonia, esto es lo que está en la trastienda, tras la cortina, esa es la esencia de Bolonia, y no la que nos pintan los rectores de una Universidad que “estimula el conocimiento y el aprendizaje” y no sé cuántas pantomimas más.
Se pretende la flexibilidad del estudiantado, de los futuros precarios, de convertir la universidad en una fábrica de mano de obra. El mercado no está para bromas, que los estudiantes salen demasiado bien formados, que para ser becarios en una empresa, con que tengan las “competencias, destrezas y habilidades” requeridas tiran p´adelante. Que eso del saber por el saber se ha acabado, que no queremos mano de obra lista, inteligente, formada y culta; sino barata, flexible y que no se le ocurra que puede protestar cuando está disconforme con algo. Y que eso de la democracia y el derecho a elegir está muy bien, pero que vamos con prisa, y el mercado no está para andarse con chorradas de democracia y demás, así que lo aplicamos sí o sí, sin consultar. Toma ya.

Esto es lo que realmente significa Bolonia, y en Grecia y en Valencia ya se han dado cuenta. No nos dejemos llevar por aquellos que dicen que esto ya está aplicado y que no hay nada que hacer. No es cierto, Grecia lo paró, y Valencia está ahora en plena lucha. Se trata de defender lo que es nuestro, no podemos aceptar que nos lo van a quitar y ya está, no podemos resignarnos y aceptar que no hay nada que hacer. Bueno, en verdad no es que nos vayan a quitar la Universidad, sino algo peor, la van a poner a su servicio, que es algo mucho más rentable. Es una cuestión de dignidad, de poder seguir mirándonos al espejo y no sentir vergüenza de nosotros mismos porque nos están robando la esencia de la universidad y no estamos haciendo nada, es cuestión de que sepan que estamos aquí. Ya dediqué un artículo a los apolíticos indiferentes a Bolonia. Desde estas líneas animo a todo estudiante a que se informe, a que acuda a las asambleas de su facultad, a charlas, a manifestaciones y movilizaciones, que se ocupen facultades, que no se pase del tema, que es algo muy serio lo que nos estamos jugando. Hay cantidad de blogs y webs informando sobre lo que significa realmente Bolonia, visítense, que la gente se informe. En fin, no quiero ser apocalíptico, pero está en juego una de las bases de la civilización: la educación. Que cada uno actúe como crea que tiene que actuar.

jueves, 22 de mayo de 2008

MALCOLM X Y MARTIN LUTHER KING. COMPARACIÓN DE SUS DISCURSOS

Malcolm X y Martin Luther King. Comparación de sus discursos

Contexto:
Durante la década de los 50 y 60, el racismo era un hecho patente dentro de la sociedad americana. Y es que Estados Unidos estaba impregnado por el desprecio y el rechazo hacia el hombre negro, teniendo este desprecio su máxima expresión y apoyo en la organización racista Ku Klux Klan. Como consecuencia de la segregación racial, los derechos de las personas de color eran fuerte mente recortados por algunas leyes, obligándoles a comer en lugares distintos, sentarse en asientos determinados dentro de los transportes públicos, e incluso siendo prohibidos matricularse en ciertas universidades. Un claro ejemplo de todo esto es el afamado incidente sufrido por Rosa Parks en Alabama, cuando se negó a sentarse en el sitio que le correspondía dentro del autobús.
A pesar de que la esclavitud había sido abolida casi un siglo antes, la raza negra seguía siendo tratada como una especie inferior.
Los dos discursos que hemos escogido simbolizan la lucha que se llevó acabo durante los años 60 con el fin de transformar esta situación, a favor de una sociedad igualitaria. Fueron promulgados por Martin Luther King y Malcom X, líderes de dicho movimiento, que a pesar de tener los mismos objetivos, su metodología para conseguirlos era radicalmente distinta. Mientras King defendía la no-violencia y los medios pacíficos, la actitud de Malcom X era mucho más radical, haciendo de la agresividad un rasgo común. Ambos líderes utilizaron la oratoria como vía para propagar su ideología.

Discurso de Malcolm X – The problem is still here (El problema aún está aquí)


“Un hombre blanco llamado Lincoln, teóricamente desarrolló la Guerra Civil para solucionar el problema racial y el problema aún esta ahí…y entonces otro hombre blanco llamado Kennedy vino, presentándose a presidente, y le dijo a los negros todo lo que iba a hacer por ellos si le votaban, y votaron por él un 80%, y ha estado en el poder tres años y el problema aún está aquí.
Cuando los perros policías mordían a las mujeres negras, a los niños negros y a los bebés negros en Birmingham, Alabama, ese Kennedy dijo que no podía hacer nada porque ninguna ley federal había sido violada, y en cuanto los negros explotaron y se empezaron a proteger, Kennedy envió tropas. Y no tenía ninguna ley cuando envió las tropas en el momento en que los negros estallaron como las que tenía cuando estallaron los blancos.
Así que nos estamos moviendo dentro de nuestros derechos, y lo estamos haciendo de manera justa, con razón cuando albergamos dudas acerca de la capacidad del hombre blanco para solucionar nuestro problema y también cuando albergamos dudas acerca de su honradez y su sinceridad. Porque tendréis que reconocer que el problema ha estado aquí durante mucho tiempo y los blancos han estado diciendo lo mismo durante los últimos cien años, y la solución no está más cerca ahora que hace cien años”.

Objeto del discurso:
Principalmente, lo que Malcolm X quiere transmitir a su audiencia es que el problema racial no se ha solucionado con el paso del tiempo, a pesar de que presidentes como Lincoln y Kennedy le declararon la guerra frontalmente. Malcolm X explica que muchos son los blancos que han dicho a lo largo de la historia que iban a acabar con el conflicto racial, pero la realidad es que los negros lo siguen padeciendo. Alberga dudas acerca de la capacidad de los blancos para resolver el problema racial, y da a entender que quizá, si no lo resuelven, sea porque simplemente no quieren resolverlo.
Este discurso de Malcolm X puede suscitar cierta reacción en la población negra americana, la cual puede oscilar desde una pacífica toma de conciencia de su situación hasta un agresivo y acusado racismo contra el hombre blanco, que será visto como único responsable de la situación que los negros se ven obligados a padecer.

Elementos que ayudan a consolidar su objetivo:
- Estructura:

El discurso se divide en tres partes:
En la primera de ellas, Malcolm X se limita a poner ejemplos de presidentes blancos que, a lo largo de la historia, han dicho que acabarán con el racismo en América. Así, por ejemplo, nombra a Kennedy y a Lincoln.
En la segunda parte, explica que a pesar de toda la palabrería blanca acerca de acabar definitivamente con el racismo, el problema sigue estando ahí, los negros siguen siendo reprimidos por las leyes blancas mientras que los blancos gozan de toda impunidad para atacar a los negros.
Tras estas dos primeras partes, Malcolm X termina por concluir que el hombre blanco no puede, o quizá no quiere, acabar con el racismo en América.

- Puesta en escena:
A lo largo del discurso, podemos ver a un Malcolm X serio, que no sonríe en ningún momento, transmitiendo seguridad en sí mismo, demostrando que sabe de lo que está hablando y, lo más importante, demostrando que sabe que tiene razón en lo que está diciendo. Además, el rostro fruncido, aparte de seguridad, transmite enfado, y hace que podamos apreciar en el discurso una clara intención de protesta contra algo en concreto, en este caso es el problema racial. Todo ello está acompañado por un dedo índice acusador que levanta varias veces al referirse a distintas personalidades que, a lo largo de la historia, han dicho que pondrían punto final al racismo contra los negros.

- Lenguaje verbal:
La primera característica que llama la atención en cuanto al lenguaje verbal es la repetición de la frase “the problem is still here” (el problema está aún aquí), que busca dejar claro que el problema racial no se ha solucionado y que aún queda mucho por hacer.
Las enumeraciones de ejemplos dan más solidez a sus argumentos. No se limita a nombrar un caso y sacar las conclusiones a partir de él, sino que enumera varios para dar más credibilidad a su discurso. Los primeros cuarenta segundos del discurso (casi la mitad), Malcolm pone ejemplos de gente que ha dicho que acabará con el racismo y sus palabras se las ha llevado el aire.
Vemos entonces que este discurso de Malcolm es adecuado para su audiencia, ya que emplea un lenguaje fácil, cercano al oyente medio, y usa unos recursos muy buenos cuando se trata de influir en la gente.

- Entonaciones:
A lo largo del discurso podemos apreciar una progresiva subida de tono en la voz de Malcolm X. Al pronunciar palabras como “negroes”, “Kennedy” o “doubts”, lo hace con mayor énfasis, casi gritando, mostrando qué palabras considera más importantes en su discurso y en torno a qué conceptos gira el problema racial que vive América.
Además, cuando habla de la injusticia que los negros padecen al enfrentarse a las leyes de los blancos, Malcolm eleva el tono notablemente, dando así más dramatismo y emoción a sus palabras. Al igual que cuando habla de las “mujeres”, los “niños” y los “bebés”, que, a pesar de ser un recurso muy típico para sensibilizar a la gente acerca de algo, consigue dar al discurso de Malcolm mayor emoción y credibilidad.


Discurso de Martin Luther King- “I´ve been to the Mountain Top” (He ido a la cima de la montaña)


“Entonces llegué a Memphis. Y algunos empezaron a decir amenazas, o a hablar sobre las amenazas que circulaban. ¿Qué me ocurrirá a mi de parte de algunos de nuestros enfermos hermanos blancos?
Bien, no sé qué ocurrirá ahora. Tenemos unos días difíciles adelante. Pero ahora no me preocupa a mí. Porque yo he ido a la cima de la montaña. Y no me importa. Como cualquiera, me gustaría vivir una vida larga. La longevidad tiene su lugar. Pero no me preocupa eso ahora. Solo quiero realizar la voluntad de Dios y Él me ha permitido ir arriba de la montaña. Y lo he revisado. Y he visto la tierra prometida. Puedo que no llegue allí con ustedes. Pero quiero que esta noche sepan, que nosotros, como un pueblo, llegaremos a la tierra prometida. Estoy feliz esta noche. Nada me preocupa. No le temo a ningún hombre. Mis ojos han visto la gloria de la venida del Señor.”

Martin Luther King, 4 de Abril 1968

Objeto del discurso:
El 3 de Abril de 1968, un día antes de que fuese asesinado, Martin Luther King ofreció en la ciudad de Memphis el que sería su último discurso, titulado "I've been to the Mountaintop" ("He ido a la cima de la montaña", en español). En él, este reverendo afro americano hacía hincapié en la necesidad de los negros de mantenerse unidos social y económicamente para poder vencer al racismo, además de mostrar su posición frente a las crecientes amenazas que estaba recibiendo por parte de algunos sectores de la sociedad norteamericana.
Al contrario que Malcom X, King consigue transmitir en todo momento el concepto de que a pesar de las bajas que sufran, la no-violencia siempre será el único medio para obtener los objetivos que persiguen por que como dice la palabra del señor, tanto negros como blancos son hermanos.
Basándose en este discurso, muchos expertos han llegado a la conclusión de que King era consciente de que iba a sufrir un atentado inminente.

Elementos que ayudan a consolidar su objetivo:
- Estructura

El discurso de Martin Luther King se puede descomponer en tres partes entrelazadas entre ellas. En los primeros párrafos, el reverendo hace un repaso a la historia de la población mundial. Describiendo las distintas situaciones que le ha tocado vivir al ser humano, y ante todo defiende que el mejor periodo de la historia, es el que se está viviendo, por que es el momento en el que se acabaran las injusticias.
A continuación, este líder describe a su pueblo la situación que les rodea, y como es continuamente amenazado y su repuesta a estas ofensas.
Finaliza con un párrafo que ha pasado a la historia de la oratoria reciente, en el que habla de su subida a la cima de la montaña, desde donde ha visto la realidad que le rodea, y el señor le ha dicho que no importa las bajas que sufran por que llegarán a la tierra prometida, entendiendo esta como una metáfora de la libertad.

- Puesta en escena
Este discurso supone un excelente ejemplo de la oratoria empleada por Martin Luther King, quién al contrario que la mayoría de los reverendos baptistas, intenta contener al máximos su gesticulación, en muy pocas ocasiones alza los brazos con el fin de reforzar el discurso. Por ello, es su expresividad facial la que adquiere fuerza, y es a través de ella con la que Martin Luther King intenta enfatizar las emociones e ideas del discurso, este hecho es visible a lo largo de la oratoria "I've been to the Mountaintop".
Al comienzo, la mirada del reverendo indica una posición de seriedad y reflexión, cercana a la tristeza. A medida que avanza el discurso, esta tristeza se va disolviendo, dando pie a felicidad, como se comprende de la leve sonrisa que transmite cuando dice que ha visto la tierra prometida. A partir de este momento, su gesticulación facial aumenta, acentuada por bruscos movimientos de cabeza.
Martin Luther King otorga una gran importancia a los ojos durante el discurso, por ello intenta que estos transmitan lo que se está diciendo. Estos es una buena forma de que el público comprenda que el orador cree y defiende aquello de lo que está hablando, lo que le hace ser diferente de políticos y oradores que mienten con el fin de ganarse el favor del público.

- Lenguaje verbal
En gran medida, una de las principales razones de que Martin Luther King adquiriera tanta importancia entre la sociedad norteamericana de la época, era el impacto que tenían sus discursos y el contenido de estos, que le permitió ganarse el apoyo del público.
El discurso a comentar es un buen ejemplo del lenguaje verbal que solía utilizar este líder de la lucha racial. Sus fuertes convicciones religiosas están siempre presentes con pasajes de la Biblia y en forma de metáforas, de esta forma transmite a su público que el deseo del Señor es que toda la población viva de forma pacífica sin conflictos entre las distintas razas.
Además, emplea oraciones breves, en su mayoría simples, para de esta forma otorgar una mayor fuerza al discurso, y así tener un mayor impacto sobre el público oyente.

- Entonaciones
King, como buen reverendo baptista mantiene la tradición de esta iglesia en la importancia de la voz, y de la fuerza de esta. Por ello, en los momentos importantes o de mayor intensidad, incrementa considerablemente los gritos. Esto es una medida muy común entre reverendos de esta iglesia con el fin de transmitir mayor energía al público, y así hacer a este más participe de lo que se está diciendo.

miércoles, 26 de marzo de 2008

LA DICTADURA DEL CAPITALISMO

LA DICTADURA DEL CAPITALISMO
EL CAPITALISMO. EN QUÉ ESTÁ BASADO.
El capitalismo es un sistema basado en el libre comercio, en la libre circulación de mercancías. La existencia de este libre comercio implica unas relaciones de compra-venta: yo tengo algo que vendo, y con el dinero que obtengo al venderlo puedo comprar más cosas, las cuales luego podré volver a vender a un precio más elevado que aquél por el que las compré, obteniendo así un beneficio. El capitalismo también está basado, pues, en la obtención del beneficio privado: las cosas no se hacen “porque sí”, sino que se hacen buscando una recompensa propia, una satisfacción personal. En unas relaciones de compra-venta que sostienen el sistema capitalista la forma de obtener beneficio es comprar barato y vender caro. Por ejemplo, yo tengo 100 € y compro un objeto que cuesta 10 €. Me quedaré entonces con 90 € y con un objeto de 10 € de valor. Imaginemos que yo ahora vendo ese mismo objeto. Pero no a 10 €, porque entonces me quedaría como al principio y no obtendría beneficio, sino a 60 €. El resultado final sería que yo tendría 150 €, es decir, 50 € más que al principio. Habría obtenido pues, un beneficio de 50 €. Esto es más o menos en lo que está basado el capitalismo, a esto nos referimos cuando hablamos de beneficio: a comprar barato y vender caro.
MEDIOS DE PRODUCCIÓN EN MANOS PRIVADAS.
En el capitalismo los medios de producción (esto es la maquinaria que hace posible la obtención de bienes que demanda la sociedad para satisfacer sus necesidades) están en manos privadas, pertenecen a unos pocos: a la clase privilegiada, a la burguesía. La burguesía es quien tiene esos medios que producen los bienes que demanda la sociedad. No obstante, esos medios no producen bienes por sí solos, necesitan “algo” que los haga funcionar. Ese “algo” es la mano de obra, y es aportada por lo que llamaremos clase asalariada, que la constituyen las personas que no tienen los medios de producción, y venden su fuerza de trabajo para hacerlos funcionar.
A simple vista, podría decirse que la actividad de la burguesía es una actividad altruista, pues, teniendo los medios de producción, produce los bienes que el conjunto de la sociedad reclama para satisfacer las necesidades de cada individuo. Pero no olvidemos que estamos en un sistema capitalista, y como ya hemos dicho, el capitalismo está basado en el beneficio privado, por lo que la burguesía no desempeña su función de una manera altruista, “porque sí”, sino que la desempeña con vistas a obtener un beneficio propio. Decíamos también que para que los medios de producción funcionen, es necesaria la mano de obra aportada por la clase asalariada. Bien, pues esa mano de obra es comprada por la burguesía, y los productos que esa mano de obra produzca serán vendidos a la sociedad para satisfacer sus necesidades. Pero recordemos que la burguesía busca obtener beneficio, y recordemos también que para obtener beneficio mediante unas relaciones de compra-venta que sustentan el sistema capitalista, hay que comprar barato y vender caro. La burguesía entonces, compraría barata esa mano de obra y vendería caros los productos que esa mano de obra produjese.
¿Y dónde compra la burguesía esa mano de obra barata? En los países pobres. ¿Y dónde vende la burguesía a altos precios los productos obtenidos? En los países ricos. Vemos así, que el capitalismo necesita de la existencia de países ricos y países pobres. Es decir, el capitalismo necesita la desigualdad entre países para mantenerse como sistema, porque en el momento en que los países pobres alcanzasen el nivel de desarrollo de los ricos, la mano de obra de esos países dejaría de ser barata, y no se obtendría beneficio, por lo que la base fundamental del capitalismo no existiría, y éste se vendría abajo. El capitalismo nunca va a querer la igualdad, porque no le conviene. Se podría decir que la desigualdad es otro de los pilares sobre los que el capitalismo está basado.
Por otra parte, el que los medios de producción estén en manos privadas implica, no sólo la búsqueda del beneficio, sino también el hacer todo lo posible por no perder dinero. No tendría sentido, por ejemplo, comprar un objeto por 20 € y venderlo por 10 €, pues estaríamos perdiendo 10 €, y eso es algo que nadie quiere. Del mismo modo, cuando un empresario compra mano de obra barata y vende los productos que ésta produce, el precio de la mano de obra que compra tiene que ser más bajo que el precio de los productos finales que venderá. Cuanto mayor sea la diferencia entre el precio de la mano de obra y el precio de los productos finales vendidos, mayor será el beneficio obtenido por el empresario. Esto lleva al empresario a tratar de reducir por todos los medios posibles el coste de la mano de obra, lo que tiene unas consecuencias desastrosas en la sociedad, como veremos más adelante. A un empresario, por ejemplo, le interesa producir mucho, ya que cuanto más produzca, más productos podrá vender, y cuantos más productos venda, mayor será el beneficio obtenido. Entonces, lo que parece más lógico es contratar mucha mano de obra, muchos trabajadores, para que produzcan en grandes cantidades y obtener así más beneficios. Pero claro, no podemos olvidar que esa mano de obra cuesta dinero, y nadie nos asegura que vayamos a vender todos los productos que hemos obtenido en el proceso de producción. Puede ocurrir que el empresario, efectivamente, contrate mucha mano de obra, dando empleo a miles de ciudadanos, produciéndose una gran cantidad de bienes. Pero ¿y si luego no vendemos esos bienes producidos? Habríamos gastado mucho dinero en contratar (comprar) esa mano de obra pero no lo habríamos recuperado, por lo que no habríamos obtenido beneficio, más bien al contrario: habríamos perdido dinero. El empresario, lógicamente, no quiere perder dinero, por lo que es muy cauto a la hora de contratar gente, y contrata sólo hasta cierto número de trabajadores, los que se puede permitir. Esto implica una selección: se elige a unos mientras que otros se quedan en la estacada, formando lo que se conoce como tasa natural de desempleo o, más coloquialmente, parados.
Vemos entonces que el hecho de que los medios de producción estén en manos privadas hace que haya un sector de la población que trabaja y otro sector que no. Además, el que sólo una parte de la población trabaje quiere decir que todo el trabajo recae sobre un determinado número de personas. Estas personas, entonces, tienen que hacer todo el trabajo repartiéndoselo, el trabajo se reparte entre los trabajadores, y cada trabajador toca a un número de horas de trabajo determinadas. Estas horas de trabajo constituyen lo que llamamos “jornada laboral”. Si el número de trabajadores fuese mayor, el trabajo se repartiría entre más gente y, consecuentemente, la jornada laboral se vería reducida, con lo que los trabajadores tendrían más tiempo libre para sí mismos, pudiendo realizar aquellas actividades que de veras les interesan y realizándose mejor como personas. Por ejemplo, supongamos una obra que precisa de cuarenta horas al día para avanzar. En ella, el empresario tendría contratados a cinco obreros que echarían ocho horas diarias cada uno (cuarenta en total). Pero, ¿por qué no contratar a diez obreros en lugar de cinco? Las cuarenta horas diarias que precisa la obra se repartirían entre esos diez obreros, por lo que la jornada laboral de cada uno de ellos se vería reducida a la mitad (40/10 = 4 horas de trabajo cada uno). Esto parece fantástico, ¿por qué no se hace entonces?, ¿por qué no se cogen cinco parados y se les mete en esa obra? Por una sencilla razón: al empresario no le sale rentable, le cuesta mucho dinero. Decíamos antes que el empresario tratará por todos los medios posibles de reducir los costes de la mano de obra, y como es más barato pagar cinco salarios en lugar de diez, pues preferirá quedarse sólo con cinco trabajadores. Otra cosa que también podría hacer es, efectivamente, contratar a los diez trabajadores pero pagando la misma cantidad de dinero que pagaría si sólo tuviese cinco, con lo que lo que se vería reducido a la mitad no es el trabajo, sino el sueldo de los trabajadores. Pero esto, obviamente, no se puede hacer si lo que se pretende es preservar la dignidad de los trabajadores. Además, tal y como señala Alexander Berkman en su libro El ABC del comunismo libertario, el hecho de emplear más trabajadores en una fábrica implica una mayor inversión de capital por parte del empresario, ya que necesitará una fábrica más grande, así como más maquinaria, lo que reduciría drásticamente sus beneficios, por lo que un empresario nunca va a querer contratar más gente, y le convendrá más tener pocos trabajadores que estén continuamente trabajando de forma eficiente.
Podemos apreciar entonces, que el que los medios de producción estén en manos privadas impide que los trabajadores tengan más tiempo libre para sí mismos con lo que poder realizarse como personas humanas, y a la vez genera un sector de la población en paro, sin trabajo. Y todo ello a partir de la selección. Se selecciona a las personas atendiendo a lo rentables que sean, con lo que la humanidad de cada persona desaparece totalmente, pasando a ser ésta poco más que mercancía. Así, vemos que el capitalismo no sólo necesita de la desigualdad para mantenerse en pie, sino que también la crea al decir “tú eres productivo; tú no lo eres”. Es decir, se produce un claro fenómeno de retroalimentación, en el que el capitalismo genera la desigualdad sobre la que estará basado para generar más desigualdad sobre la que basarse, y así sucesivamente.
ALGUNAS FAMOSAS CRÍTICAS CONTRA EL CAPITALISMO.
Una de las críticas que más veces se ha lanzado contra el capitalismo es aquella que sostiene que el capitalismo aliena al trabajador al despojarle del producto que él mismo ha producido y, posteriormente, vendérselo. Imaginemos que un empresario tiene 100€, y quiere producir un determinado producto. Para ello deberá gastarse parte del dinero que tiene en la mano de obra y en la maquinaria que producirá ese producto. Supongamos pues que se gasta en total (mano de obra y maquinaria) 10€, de los cuales 2€ irían para los trabajadores y el resto para la maquinaria (capital). Los trabajadores producirían el producto a cambio de 2€, y acto seguido ese producto iría a parar a las manos del empresario que les tenía contratados, el cual ya no tendría los 100€ iniciales, sino 90€ y el producto obtenido a partir de la mano de obra. El empresario no sólo quiere recuperar los 10€ que le costó obtener el producto, ya que entonces no obtendría beneficio, sino que busca sacar más dinero del que tenía inicialmente. Es decir, vendería el producto a un precio siempre superior a los 10€. Nosotros vamos a suponer que lo vende a 20€, con lo que el empresario tendría un total de 110€ (90 + 20), es decir, habría obtenido un beneficio total de 10€. Para que los trabajadores (mano de obra) pudiesen adquirir el producto que ellos mismos han producido, deberían trabajar un total de 10 veces más (recordemos que cobraban 2€), con lo que ya tendrían los 20€ con los que adquirir el producto obtenido. Pero claro, si en 1 trabajo el empresario ha obtenido un beneficio de 10€, en 10 veces más de trabajo estaría obteniendo un total de 100€, quedándose al final con 200€. Los trabajadores ya tendrían el producto que ellos mismos han producido pero, a costa suya, el empresario habría duplicado su patrimonio personal.
Conocida es también la teoría que relaciona las guerras imperialistas con el capitalismo: los Estados necesitan recursos naturales para poder mantener a su población. Pero estos recursos no son interminables, sino que son finitos, lo que hace que los Estados deban desempeñar una lucha constante entre sí para poder hacerse con el mayor número de recursos posible. Esta forma de repartirse el mundo es la que da lugar a las guerras entre países por acaparar mayor cantidad de mercado, que únicamente benefician a los capitalistas propietarios de los medios de producción, ya que son ellos los que, a partir de las materias primas obtenidas mediante el saqueo de los países ricos en recursos, crearán los productos que posteriormente venderán al conjunto de la población.
EL ADOCTRINAMIENTO CAPITALISTA.
Decíamos que el capitalismo genera la desigualdad que él mismo necesita para sobrevivir, y que lo hacía a partir de un proceso de selección en el que se decía quién es productivo y quién no lo es. Ya desde pequeños somos sometidos a ese proceso de selección en la escuela. Ya se nos educa en el colegio para ser competitivos y productivos. Se podría decir que se nos adoctrina en la religión capitalista. El mercado laboral no tiene sitio para todo el mundo. En el capitalismo no sale rentable que todo el mundo esté trabajando, porque serían demasiados salarios a pagar, por lo que se hace necesaria una selección desde los primeros momentos de la infancia:
La meta de todo hombre es la felicidad al fin y al cabo, y esa felicidad en el capitalismo se ve traducida en ocupar un buen puesto dentro del mercado laboral, un puesto que te permita llevar una vida digna, lo que coloquialmente conocemos como “ser un hombre de provecho”. No todos pueden tener una vida digna en el capitalismo, es necesario que haya personas que hagan el trabajo sucio, por lo que se hace necesario establecer quién va a llevar una vida digna y quién no. Entonces, desde pequeños, en la escuela, uno va atravesando filtros en forma de exámenes, filtros que cada vez se van haciendo más exigentes y menos tolerantes, por lo que mucha gente se queda en el camino, y sólo unos pocos logran llegar al final. Éstos son los que llevarán una vida digna, los productivos y competitivos, y los otros no serán más que esa multitud asalariada de la que la clase dominante podrá vivir.
La escuela en el capitalismo no sirve pues, para impartir conocimiento, no busca crear individuos cultos y formados, sino que lo que busca es crear autómatas productivos que salgan rentables. Se produce así un claro asesinato del conocimiento, del saber por el saber, y en su lugar aparece una especie de criadero de futuros robots adaptados milimétricamente a las condiciones de vida que dispone el capitalismo, ya les toque ser asalariados, ya les toque ser “hombres de provecho con una vida digna”, el caso es que queden bien adaptados y acepten sin más el orden social capitalista como algo necesariamente natural, como algo que es así y que no puede ser de otro modo.
Además, el hecho de tener que ver a “el otro” como “el enemigo” con el que hay que competir en lugar de como “el amigo” con el que hay que colaborar, supone un claro envenenamiento de las relaciones sociales. Ese con el que te cruzas busca ser mejor que tú, va a por ti, y si no te pones las pilas te va a coger, por lo que tienes que andarte con cuidado y ser astuto para lograr estar en una posición mejor que él. El hecho de querer estar por encima del resto implica no sólo esforzarse por ser mejor que ellos, sino también hacer lo posible para que ellos queden por debajo de ti. El individuo permanece así en un estado de lucha constante contra todo lo que no sea él mismo, y la lucha siempre conlleva destrucción, la destrucción del contrario. Ese es otro de los pilares sobre los que se asienta el capitalismo: la destrucción de los demás, con toda la retahíla de crímenes y malas acciones que eso conlleva.
EL CAPITALISMO EN EL MUNDO. DESIGUALDAD.
Más arriba, señalábamos que el capitalismo necesita que haya países pobres para mantenerse en pie como sistema imperante, ya que en el momento en que los países pobres alcanzasen el mismo nivel de desarrollo que los ricos, la mano de obra ya no sería tan barata, con lo que el beneficio no sería tan grande y el capitalismo dejaría de tener razón de ser. Por si esto fuera poco, el informe de Worldwatch Institute sobre ‘El Estado del Mundo’ “El estado del Mundo 2007: nuestro futuro urbano”, señala que las ciudades ocupan sólo el 0,4% de la superficie terrestre y son las principales responsables de las emisiones de carbono a la atmósfera [1]. O sea, que si sólo ocupando el 0,4% suponen un problema, ¿qué pasaría si todo ese tercer mundo que queda por industrializar alcanzase el nivel de desarrollo de los países capitalistas industrializados? La atmósfera se vería desbordada de carbono, porque las ciudades ya no serían sólo el 0,4% de la superficie (lo que ya es bastante preocupante), sino muchísimo más. Así, podemos volver a apreciar que en un sistema capitalista no interesa que los países subdesarrollados se desarrollen, pues eso supondría unas altísimas cotas de contaminación medioambiental, y un suicidio para la población mundial. Además, según la organización “Justicia y Paz”, una minoría rica de la población mundial (inferior al 20%) consume la gran mayoría de los recursos naturales, los cuales son finitos, mientras que una mayoría (superior al 80%) no dispone de casi nada. La misma organización presenta el consumo de recursos por parte de la minoría rica en las siguientes proporciones [2]:
- el 70% de la energía
- el 75% de los metales
- el 60% de los alimentos
- el 85 % de la madera
Por lo tanto, no se puede pretender que la inmensa mayoría de la población consuma al mismo nivel que los países más ricos, pues los recursos naturales se verían agotados enseguida, lo que supondría un gravísimo problema para la vida en el planeta Tierra. Queda así reflejado que, en un sistema capitalista, la igualdad no es buena, y que por lo tanto debe mantenerse a toda costa la desigualdad entre países ricos y países pobres. El capitalismo vuelve a necesitar la desigualdad, está basado en ella.
COMERCIO LIBRE (PARA ALGUNOS).
Cuando los teóricos del libre comercio hablan de él, alaban sus ventajas diciendo que es fantástico que un país pueda comerciar sus productos libremente, sin ningún tipo de trabas ni aranceles. No obstante, parece que únicamente tienen “libertad” de comercio los países ricos. Éstos tienen “libertad” para arrasar reservas naturales instalando fábricas en zonas consideradas reservas de la biosfera por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura) [3]. Los países ricos que pregonan la doctrina del libre comercio, tienen libertad para desarrollar actividades económicas en el tercer mundo, pero cuando se trata de que los países subdesarrollados hagan lo propio en el sacrosanto mercado del primer mundo formado por los países ricos, vemos que ese “libre” comercio ya no lo es tanto. Y si no, podemos echarle un vistazo a esos “controles de calidad” que impiden la entrada de los productos de China, por ejemplo, porque no cumplen con los “requisitos” necesarios para asegurar la salud de sus usuarios [4]. Por lo tanto, ese “libre comercio” no es tal. Es libre para unos, pero no para otros.
DE TODO SE PUEDE HACER NEGOCIO.
Puesto que el capitalismo busca obtener beneficios y ganancias a toda costa, una de sus características principales será aquella de querer convertirlo todo en un negocio con el que poder enriquecerse. Y en la palabra “todo” se incluye también derechos básicos que todo ser humano debería tener, como por ejemplo sanidad gratuita, educación pública (también gratuita y de calidad), y derecho a una vivienda digna. El hecho de que todas estas cosas se vean convertidas en negocios supone un claro riesgo para la sociedad, ya que, como todos los negocios, en el momento en que dejen de ser rentables desaparecen sin más. Es decir, esa sanidad, esa educación y esa vivienda se irían al traste.
Hasta hace relativamente poco, el tema de la construcción en España iba bien: se construían casas, lo cual ofrecía empleo a gran parte de la población, en su mayoría inmigrantes. Pero claro, no se construían casas atendiendo a las necesidades de la gente que iba a vivir en ellas (ya que de ser así, los precios habrían estado más asequibles, y no hemos visto nada de eso; más bien al contrario), sino a las de aquellos que poseían las inmobiliarias que construían las viviendas y se estaban forrando. En el momento en que éstos han visto que ya no había más donde construir y que, por lo tanto, no iban a obtener más beneficios, han cerrado el grifo, lo que ha tenido las consecuencias que ha tenido. Sólo en Navarra, por ejemplo, la crisis de la construcción puede enviar al paro a 9.000 personas [5], en Andalucía el número de parados podría aumentar en 63.000 [6], y en la Comunidad Valenciana el paro aumentó en 20.000 personas, siendo los inmigrantes y los jóvenes los más afectados [7]. Por no hablar del problema que puede suponer que los inmigrantes obreros (que son los que construyen las casas) de los barrios marginales se queden en paro, tal y como ocurrió en Francia, donde centenares de coches fueron quemados por inmigrantes como muestra de repulsa a su deprimente situación.
Sin salirnos del campo de la construcción de viviendas, y atendiendo al aspecto de la maximización del beneficio a base del recorte de gastos por parte de los empresarios de la construcción, es preciso hablar de los accidentes laborales, cuyo elevado número ha supuesto la aparición de un nuevo término para nombrar dicho problema: Terrorismo patronal. Según hemos visto, un empresario, cuanto menos dinero se gaste en mano de obra, tanto mejor, ya que el beneficio obtenido será mayor. Una forma de reducir los gastos en la mano de obra es invertir menos en seguridad laboral, lo que da lugar a numerosísimas muertes en los centros de producción. Así, según la organización anarcosindicalista CNT, en el año 2007 fueron 1.191 los muertos en el trabajo, y sólo en Guadalajara se produjeron 6.705 accidentes laborales, lo que supone un índice de 8 accidentes por cada 1.000 trabajadores, volviendo a afectar principalmente a inmigrantes, jóvenes y contratados temporalmente [8].
En cuanto a la sanidad, el capitalismo también deja su huella dando lugar a un servicio pésimo, falto de calidad, con unos elevados costes debidos a la privatización, y con unas condiciones tercermundistas en los hospitales públicos. No hay más que mirar a Madrid, Murcia y Valencia, tres feudos del partido capitalista por antonomasia en el Estado español: el PP. Según la FADSP (Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública), la sanidad de estas tres comunidades autónomas es la peor de toda España [9], y pruebas de ello las podemos ver en hospitales públicos madrileños como La Paz, el Ramón y Cajal, el Gregorio Marañón o el Hospital de Móstoles, donde muchos enfermos ingresados tienen que pasar las noches bajo la luz de los pasillos debido a la falta de camas, soportando sus cánceres o sus pancreatitis entre el bullicio de la gente que pasa por los pasillos y los demás enfermos [10].
CONCLUSIÓN.
Vemos así, que el capitalismo, más que un modelo económico que busca el progreso del ser humano, parece más bien un sistema creado por la clase dominante para obtener beneficio a partir de la clase trabajadora y su necesidad de producir bienes para vivir. La capacidad creadora del hombre es transformada en negocio con el que unos pocos podrán lucrarse, y el hombre pasa a ser poco más que materia a explotar por la clase dominante, lo que provoca la deshumanización del individuo. Una persona es más o menos válida según sea rentable o no lo sea, y la sociedad, el conjunto de la población, no es más que un lugar donde los propietarios pueden invertir, una especie de pasto para los capitalistas. ¿Y las leyes? Las leyes simplemente legitiman ese orden social que perjudica gravemente al hombre. Sería bueno preguntarse para qué intereses se legisla a día de hoy: ¿Se legisla para los intereses de los hombres? ¿O se legisla más bien para los intereses del capitalismo?
La civilización de hoy parece algo hecho para que unos pocos se lucren. Los ciudadanos vivimos para servir a los intereses de unos pocos; no a los nuestros propios. Somos súbditos alienados por los medios de comunicación y la propaganda que aquellos que nos explotan poseen y nos hacen llegar, convirtiéndonos en sujetos pasivos, haciéndonos creer y convenciéndonos de que esto es vivir y ser libre. Nadie quiere rebelarse, porque nadie sabe que puede rebelarse, y no sabe contra quién tiene que rebelarse. El enemigo está en casa, está dentro de cada uno de nosotros, en nuestras acciones, en nuestros pensamientos y sentimientos. Vivimos en una dictadura mucho más eficaz que cualquier régimen militar. Vivimos en una dictadura mucho más eficaz que cualquier régimen comunista totalitario. Vivimos en la dictadura del capitalismo.

FUENTES:
[1] http://www.canalsolidario.org/web/publicaciones/ver/?id=686
[2]http://www.juspax-es.org/cadizceuta/noticias/Reflexi_sobre_el_Medio_Ambiente07.htm
[3] http://brazil.indymedia.org/es/blue/2007/11/401929.shtml
[4] http://www.lanacion.com.ar/archivo/Nota.asp?nota_id=961145
[5]http://www.noticiasdenavarra.com/ediciones/2008/03/11/economia/navarra/d11nav49.1187256.php
[6]http://www.libertaddigital.com/noticias/kw/andalucia/chaves/construccion/crisis/inmobiliaria/inmobiliarias/kw/noticia_1276321481.html
[7]http://www.laverdad.es/alicante/20080126/provincia/alicante-valencia-crisis-construccion-20080126.html
[8] http://www.cnt.es/noticia.php?id=3760
[9] http://www.20minutos.es/noticia/275181/0/sanidad/madrilena/peores/
[10]http://www.elpais.com/articulo/madrid/Colapso/urgencias/hospitales/elpepuespmad/20070207elpmad_4/Tes/